Desde las instalaciones de Puerto Victoria, AZTI obtiene información de capturas de especies objetivo y no objetivo, de buenas prácticas a bordo (liberación de especies no objetivo como tiburones, rayas y tortugas; y biodegradabilidad y propiedades antienmallantes de los dispositivos de concentración de pescado) o de verificación del número de dispositivos concentradores de peces derivantes. Toma datos, también, de los equipos de detección, comunicación y capacidad operativa de la pesquería.
Dentro del proyecto de la Comisión del Atún del Océano Índico sobre estructura poblacional de las especies de interés, la oficina se encarga de centralizar y monitorizar las muestras recogidas por los observadores a bordo de los buques atuneros durante las mareas, y las muestras que se recolectan en las conserveras, en tierra o en puerto durante las descargas. La oficina ayuda a gestionar y organizar los envíos de las muestras a AZTI, en Euskadi, donde se procesan y analizan para su estudio.
Asimismo, la oficina permanente en Mahé instruye a personal de las islas Seychelles como observadores a bordo de los buques, lo que en el futuro les permitirá acceder a un programa regional. La recogida de datos mediante observadores es fundamental, principalmente para la verificación de las buenas prácticas pesqueras.
El objetivo principal es garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales a través de un mejor conocimiento científico
La oficina de AZTI en Mahé fue puesta en marcha en 2016 con el apoyo del Gobierno vasco, el impulso de las asociaciones de atuneros congeladores ANABAC y OPAGAC, y la colaboración de la Autoridad de Pesca de Seychelles.
El trabajo que desarrolla tiene como objetivo principal garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los recursos naturales a través de las mejores prácticas de explotación y gestión de la pesquería, sobre la base de un mejor conocimiento científico.
En este sentido, la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) y la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC) instauraron en 2012 un código de buenas prácticas para una pesca del atún sostenible y responsable.
Este código pretende renovar las maniobras realizadas en la pesca de cerco en todos los océanos del mundo para mejorar la selectividad del arte y desarrollar una pesquería responsable y sostenible que reduzca al máximo la captura incidental, especialmente de tortugas marinas y tiburones.