Once investigadores del Centro Tecnológico AZTI, a bordo del buque oceanográfico «Ramón Margalef», recogerán muestras de plancton para extraer los huevos desovados por las anchoas. Otros tres investigadores a bordo del «Emma Bardán» obtendrán ejemplares de anchoa adulta para calcular la media de huevos que produce cada hembra.
La relación entre la cantidad de huevos encontrados en el plancton y la fecundidad promedio de las hembras permite estimar la biomasa de la anchoa, un recurso marino considerado como uno de los pilares de la economía del sector pesquero de todo el Cantábrico.
Este año se analizará por primera vez el ADN medioambiental del agua de mar para constatar la presencia o ausencia de grandes cetáceos, tortugas y aves marinas en el Golfo de Bizkaia. Además se recogerán muestras de la superficie del mar para analizar la presencia de plásticos.
La campaña finalizará entre los días 26 y 30 de mayo y sus resultados se darán a conocer en junio.
Los datos obtenidos permitirán ofrecer un dictamen científico sobre los niveles de explotación de la anchoa y permitirá a la Comisión Europea establecer el Total Admisible de Capturas que garanticen la sostenibilidad de la actividad pesquera.
La campaña Bioman de esta primavera se complementará con la campaña Juvena el próximo otoño, donde los científicos de AZTI estimarán la cantidad de juveniles de anchoa en aguas del Golfo de Vizcaya que deberían convertirse en adultos al año siguiente. De esta forma, se puede predecir la cantidad de anchoa que sustentará la pesquería al año siguiente.
La investigación está financiada por la viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco y la Comisión Europea dentro de la Regulación Europea de Muestreo de Pesquerías (Marco Europeo de Recopilación de Datos); y cuenta con la colaboración de la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.