Gerardo Castillo, director del Museo Marítimo del Cantábrico, resalta que el diseño del sello «recoge la doble vocación de esta institución, tanto su faceta biológica como la náutica». Entre las múltiples opciones existentes, se optó por el emblemático esqueleto de rorcual común y por el modelo de fragata, ambas piezas ya centenarias y «símbolos del patrimonio acogido en este centro», afirma.
Sobre una fotografía de Miguel de Arriba, fotógrafo de la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte, se han diseñado tanto el sello como los pliegos premium y premium personalizado.
De este modo, el Museo Marítimo del Cantábrico se incorpora este año a la colección sobre museología española junto con otros centros de referencia como el Guggenheim Bilbao, que en 2017 cumplió 20 años, y el Cuerpo de Conservadores de Museos. Todos ellos se suman a esta colección que, desde hace años, lleva por todo el mundo los museos españoles.
Cantabria ha sido protagonista de otras colecciones filatélicas como las dedicadas a las estelas gigantes de Cantabria, el sello del Año Jubilar Lebaniego, el 75 aniversario del incendio de Santander, el centenario del Real Racing Club, la casona montañesa en la serie de arquitectura rural o el 700 aniversario del culto a la Virgen del Mar, así hasta un total de 15 sellos desde 2014 hasta hoy día.
El director general de Juventud del Gobierno de Cantabria, Jorge Gutiérrez, ha subrayado el valor «artístico» de los sellos, además de resaltar su capacidad de ser «vehículo de trasmisión» del patrimonio de la región.
Además, ha querido agradecer las iniciativas de la Federación Filatélica de Cantabria, «cuyos miembros hacen una encomiable labor, junto con la Subdirección de Filatelia de Correos, para facilitar la presencia de nuestro rico patrimonio tanto material como inmaterial en las emisiones anuales de Correos, tanto en las series temáticas de sellos como en función de las efemérides».