Ha sido diseñada como un gran contenedor acristalado, en el que se diferencia el flujo de pasajeros y equipajes, y las áreas de embarque y desembarque con recorridos y escaleras independientes. Tiene quince metros de altura, 3.200 metros cuadrados útiles y consta de dos plantas principales y una entreplanta intermedia.
El edificio, concebido como puerta de acceso a Euskadi, busca transmitir a los visitantes la imagen de una sociedad moderna, emprendedora e implicada en valores de excelencia.
Para su diseño se han analizado las demandas funcionales de este tipo de edificios, los datos aportados por las grandes navieras operadores de cruceros y las normas de seguridad internacional para buques. Como referencia, los diseñadores visitaron destacadas terminales del mundo.
En la planta baja está el vestíbulo, donde se lleva a cabo la recepción y la facturación de equipajes de los pasajeros que embarcan, un amplio espacio para la recogida de equipajes de los cruceristas que desembarcan y el mostrador de información turística. En la entreplanta se encuentra la sala VIP y las oficinas. En la primera planta se hallan la zona de espera, la zona de control de pasajeros de embarque y la zona de desembarque.
La estación se abre hacia los buques para facilitar las maniobras de embarque y desembarque, y garantizar la comodidad de los viajeros. Estos acceden al buque desde una pasarela exterior, directamente y de forma segura, sin tener que pisar muelle, gracias a una plataforma móvil. Esta infraestructura, además, se adapta a cualquier nivel de marea existente y permite el acceso de las personas con movilidad reducida.
El traslado de equipajes y el aprovisionamiento de pertrechos de los barcos se produce a cota de calle, junto a la zona de atraque, a través de una zona totalmente independiente del movimiento de pasajeros.
El diseño, el proyecto constructivo y la dirección de obra han sido realizados por la firma de arquitectura Ajuriaguerra Tres; la construcción del edificio la ha llevado a cabo la UTE formada por Giroa y Viuda de Sainz; y la pasarela la ha construido Prosertek.
Los trabajos se iniciaron en marzo de 2016 y la inversión total realizada por la Autoridad Portuaria de Bilbao asciende a cerca de 6 millones de euros, de los que 4,6 corresponden al edificio, un millón a la pasarela de embarque y 0,4 millones a la urbanización aneja.