Con la marea

IHCantabria vigilará las praderas marinas de ‘zostera noltei’

El Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria creará una red de seguimiento del estado de conservación de las praderas marinas de zostera noltei, una planta protegida de la costa cantábrica que contribuye a la absorción del carbono atmosférico.

La zostera noltei es una planta protegida del litoral cantábrico. Crece en zonas intermareales con fondos de fango o arena y desempeña una función esencial en el ecosistema. Ofrece refugio para los juveniles de diferentes especies de peces y crustáceos; sirve de soporte para algas que alimentan a fauna de pequeño tamaño; es parte de la dieta de algunos peces y aves acuáticas, y contribuye a la mejora de la calidad del agua por su capacidad de filtración.

Además, constituye un importante reclamo turístico y recreativo del sector costero.

Pero a pesar de su alto valor ecológico, social y económico, la conservación de esta especie en el Cantábrico se ha visto amenazada en las últimas décadas como consecuencia de las actividades humanas y presiones de origen natural.

Para contrarrestar esta tendencia, desde Europa y España se está promoviendo la creación de redes de vigilancia y el desarrollo de instrumentos de gestión dirigidos a mejorar el estado de conservación de esta especie y su hábitat.

Con estos objetivos, el Proyecto Pradera creará una red de seguimiento del estado de conservación de las praderas de zostera noltei en la costa cantábrica, desde Galicia hasta el País Vasco.

En la bahía de Santander se evaluará el potencial de este ecosistema como herramienta frente al cambio climático

De forma adicional, en dicha red se analizará la capacidad de esta especie para absorber y almacenar carbono atmosférico, y contribuir así a la mitigación del cambio climático. Este estudio se realizará a escala local en la bahía de Santander, donde se evaluará el potencial de la conservación de este ecosistema como herramienta de actuación frente al cambio climático.

El Proyecto Pradera se desarrollará a lo largo de 2018 y la información se obtendrá a través de trabajo de campo y de imágenes de satélite.

El conocimiento adquirido en el proyecto dará a la franja costera del mar Cantábrico «capacidad predictiva para optimizar los procesos de toma de decisiones», y permitirá a los gestores mejorar tanto la biodiversidad como los servicios que estos ecosistemas proveen a las poblaciones próximas, aseguran desde el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria.